lunes, 21 de septiembre de 2015

Iluminación residencial I

Recomendaciones para la Iluminación residencial I
INTRODUCCIÓN: la iluminación hace la diferencia

El hogar constituye el refugio y abrigo del ser humano. En él transcurren las vidas de los integrantes de una familia, con sus alegrías y tristezas, con sus éxitos y sus frustraciones; se lo puede comparar con un gran escenario en el cual cada quién vive su historia.

Y tal como en una obra de teatro, donde cada escena recrea un clima acorde a la situación, de la misma forma en el hogar será importante crear un clima de confort especial para cada una de las múltiples y muy variadas actividades que en el se llevan a cabo diariamente. Una de las herramientas fundamentales e ideales para crear el clima apropiado para cada momento lo constituye sin ninguna duda la luz. Una iluminación bien planificada y ejecutada proporcionará siempre una sensación de placer y bienestar en cada una de las actividades cotidianas.

La iluminación hace la diferencia. Desde la simple tarea de enhebrar una aguja sin dificultades hasta el placer de una buena lectura sin forzar la vista dependen de una correcta iluminación.

La luz proporciona belleza y drama a un recinto; puede transformar una habitación pequeña en un sitio espacioso y aireado como también convertir un local de grandes dimensiones en un lugar íntimo y acogedor. Puede crear una atmósfera estimulante para una noche de entretenimiento o una suave sensación de paz y relax luego de una jornada agitada.

La iluminación de una residencia debe ser planificada para complementar el estilo de vida de sus moradores. El luminotécnico deberá asesorarse sobre que actividades, fuera de las habituales de un hogar, se realizan en esa casa. Y aún dentro de las habituales, que recaudos especiales deberá tomar (edad de sus ocupantes, algún tipo de discapacidad, etc)

El especialista deberá tener presente en todo momento que estará iluminando la residencia de SU cliente y no la propia. Nunca deberá tratar de imponer un gusto personal sino tratar de interpretar el deseo de los moradores de la casa y tratar de hacerlos técnicamente realizables.

Por último, el propietario de la vivienda deberá pensar en que la iluminación de una residencia es una inversión costosa y como tal, tratar de que se realice correctamente la primera vez; siempre es difícil mejorar un proyecto mal realizado, especialmente porque la instalación eléctrica será inamovible. 

Existen tantas formas de planificar la iluminación de una residencia como luminotécnicos hay; si embrago, una manera práctica de organizar la tarea es en base a las siguientes tres premisas: 
  1. QUE ILUMINAR
  2. COMO ILUMINAR
  3. CON QUE ILUMINAR

1- QUE ILUMINAR


Al decidir o planificar "que iluminar" en el alumbrado residencial, a menudo suele resultar práctico pensar en la iluminación como una sucesión de "layers" o capas de diferentes características que conforman ese todo que constituye la ambientación lumínica de una vívenla.

Esos layers podrán ser utilizados todos juntos o superpuestos, individualmente o combinados, dependiendo cada una de estas alternativas del clima que se desee lograr en cada caso.

Estas "capas" de iluminación son básicamente tres y cada una de ellas cumple una función específica, a saber:
  • La iluminación general
  • La iluminación de trabajo
  • La iluminación de destaque
Esta forma de subdividir la iluminación de una vivienda no solamente resulta de ayuda al luminotécnico para conformar su proyecto, sino también al propietario, quién generalmente no tiene muy claro como quisiera que sea la iluminación de su casa. 


1.1- La iluminación general


La iluminación general de una habitación se asemeja de alguna manera al trabajo de un pintor, quien al comenzar su obra primero imprime a su tela una base, un color y una textura sobre los cuales lentamente comenzará a crear los diversos detalles que conformarán su mensaje, aquello que quiere transmitir.

De la misma forma, el luminotécnico debe crear una base, una primera capa de luz que servirá luego para ir modelando el espacio con los siguientes layers.

Esta primera base de luz deberá se lo más uniforme posible y de no demasiado nivel de iluminación. 100 a 150 lux serán suficientes para permitir un cómodo desplazamiento dentro de la habitación y la circulación a las habitaciones contiguas.

Deberá ser difusa y envolvente y no producir sombras duras sobre las paredes u otras ocasionadas por los elementos propios de la decoración del local.

Algunos sistemas o fuentes de luz idóneos para este propósito son las luminarias equipadas con lámparas opalinas o con difusores de vidrio esmerilado para "ablandar" la emisión de la luz con el propósito de evitar dichas sombras. Otra posibilidad la constituye la iluminación indirecta proveniente en general de gargantas, lámparas de pié o apliques de pared. El cielorraso blanco actuará como una gran pantalla reflectante y difusora proporcionando esa primera capa de luz.


1.2- La iluminación de trabajo

Es el layer destinado a proveer la iluminación específica y necesaria para realizar aquellas tareas del hogar que requieran cierta precisión (leer, escribir, coser, manualidades en general, juegos de mesa, etc). En general, cada una de estas actividades tiene asignado un valor de iluminancia en las tablas de niveles recomendados por las normas. Es conveniente respetar estas recomendaciones a los efectos de evitar esfuerzos visuales inútiles derivados habitualmente en dolores de cabeza y también físicos, a partir de posturas corporales adoptadas inconscientemente tratando de ver mejor. 

Este layer del sistema de iluminación pude ser utilizado independiente del resto o combinado con otro. Es aconsejable utilizarlo junto con la iluminación general para evitar de esta manera contrastes de luminancia demasiado bruscos entre el plano de trabajo y el entorno mediato. 


1.3 - Iluminación de destaque


La iluminación de destaque o de acento es el último de los layers del sistema y es el que tiene la responsabilidad de crear el clima, el toque artístico dentro del diseño lumínico.

Su misión es fundamentalmente la de crear un centro de atracción dentro de una habitación. Este centro de atracción deberá ser único; deberá ser el primer elemento al cual se desea que dirija la vista el visitante y alrededor del cual se irá construyendo la decoración de la habitación en un orden de prioridades establecido, como si el invitado estuviera presenciando una proyección de diapositivas seleccionadas por el anfitrión.

La acentuación de elementos deberá ser selectiva y permitir una tranquila recorrida por todos ellos a partir del centro de atracción. Muchos elementos destacados con la misma intensidad y efectos similares producirán una escena caótica y carente de sentido estético y cuyo resultado será el fracaso total.

Como norma general, será conveniente evitar los elementos centrales, luminarias ubicadas en el mismo centro de la habitación, normalmente colgantes, que generan una abúlica simetría al cuarto.

Este tipo de iluminación es la antítesis del efecto "centro de atención", ya que se convierte en un protagonista sin ningún atractivo que ilumina por igual los cuatro laterales de la habitación produciendo una imagen chata y sin contrastes.

Una excepción a la regla la constituye el caso del comedor, donde la mesa central de por sí se ubica como el centro de atracción. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario